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Con motivo de los 65 años de Viña Aresti, Ana María y Begoña Aresti López se propusieron producir un vino con el cual transmitir el legado familiar y hacer un tributo a su padre, el fundador de la viña Don Vicente Aresti A.

Así nació Código 380, un vino moderno, rico en matices y respetuoso de su origen, inspirado en el amor que su padre les inculcó por la tierra, el campo y el vino.

PASIÓN FAMILIAR

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“La Pasión Familiar es el motor y la energía que nos mueve día a día. Es el amor por la familia, la tierra y el trabajo bien hecho. Es el esfuerzo, el sacrificio y el rigor que con paciencia cultivamos nuestras viñas. Es el profesionalismo con que emprendemos nuevos desafíos.

Es el saber gozar y disfrutar la vida. Y en definitiva, el alma y el corazón con el que vivimos y transmitimos las enseñanzas de nuestros padres y la forma como inculcamos a nuestros hijos nuestros valores”.

— Ana María Aresti López & Begoña Aresti López

LA ETIQUETA

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Código nace a raíz de la criptografía, proveniente del griego “Krypto (oculto) y graphos (escribir); es decir escritura oculta. Desde tiempos inmemorables se ha utilizado este arte para proteger mensajes ocultos. Desde la edad media hasta el día de hoy ha habido diferentes tipos de Códigos, que han marcado nuestra historia.

Este vino representa el Código de la familia Aresti, un código encriptado que proviene del origen de la viña. Los códigos revelan valiosos secretos; Código 380 es el secreto mejor guardado de la familia Aresti. Descifra Código 380 y descubre el secreto.

ENÓLOGO

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“Formado bajo la influencia de dos filosofías enológicas casi antagónicas, le imprimí a este vino las mejores características de las escuelas del viejo mundo así como las del llamado Nuevo Mundo.

Las técnicas de vinificación de ambas visiones, me permitieron crear este vino que de alguna manera construye un puente entre generaciones y puntos de vista enológicos”.

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VALLE DE CURICÓ

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El Valle de Curicó y sus excepcionales características para producir uva de calidad dan vida a Código 380. Posee una vasta y variada gama de condiciones para el cultivo de la vid distribuidas desde la Cordillera de Los Andes hasta el Océano Pacífico, con abun-

dancia de microclimas, aguas prístinas y suelos diversos cuyas edades fluctúan entre los 100 y 500 millones de años desde la cordillera al mar respectivamente.

TERROIR

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Los viñedos que dan origen a Código 380 se ubican en la depresión intermedia del valle de Curicó. Los materiales parentales de los suelos, corresponden a depósitos fluvioglaciales y aluviales provenientes de la erosión de la Cordillera de los Andes, generando suelos jóvenes y particulares que se pueden observar en los campos La Reserva y Micaela. Las primeras parras plantadas por Don Vicente Aresti Astica en 1951, en el campo de Micaela (35°05’25.02”S /71°18’11.85”O) destaca por su suelo franco limoso a franco arcilloso, perfecto para este Cabernet Sauvignon, porque le permite generar los biocomponentes necesarios

para la formación de aromas, taninos y polifenoles en general, y así lograr una madurez óptima y balanceada de ellos. Por otro lado, el campo La Reserva (35°11’02.53S / 71°18’20.95”O) está conformado mayoritariamente por suelos de color marrón anaranjado correspondiente a un antiguo depósito piroclástico, donde es posible encontrar minerales como cuarzo y magnetita también en una matriz de arcilla y limo, donde el Cabernet Franc y el Malbec se desarrollan y maduran para poder expresar toda su potencialidad en Código 380.

A fin de preservar la especial personalidad dada por las añosas parras de las que proviene, conferir elegancia y frescura al vino, las uvas cuidadosamente seleccionadas fueron sometidas a una vinificación suave y poco extractiva. Para añadir complejidad y matices, luego de la fermentación maloláctica se agregaron a la mezcla pequeñas cantidades de Cabernet Franc y Malbec que también fueron producto de un meticuloso trabajo de cosecha y selección. La vinificación se realizó en estanques de acero inoxidable y la crianza se llevó a cabo en barricas de roble francés para realzar su carácter.

A fin de preservar la especial personalidad dada por las añosas parras de las que proviene y conferir elegancia y frescura al vino, las uvas fueron cuidadosamente seleccionadas y luego sometidas a una vinificación suave. A la tradicional mezcla que contempla estudiadas cantidades de Cabernet Franc y Malbec para añadir complejidad y matices al Cabernet Sauvignon, en esta vendimia 2012 se incorporó un 3% de Petit Verdot, a fin de realzar la acidez de la mezcla. La vinificación se realizó en estanques de acero inoxidable y la crianza se llevó a cabo en barricas de roble francés para realzar su carácter y elegancia.

Las uvas fueron cosechadas la segunda quincena de abril, algo más tarde que lo habitual. Cada variedad es vinificada en tanques de acero inoxidable a temperaturas entre 25-28 °C de manera de preservar los aromas de la fruta. Luego, el vino permanece con sus orujos en una maceración post-fermentativa entre 15 y 25 días. Cada variedad es conducida a guarda por 24 meses, en barricas de roble francés, donde se produce la fermentación maloláctica. Es aquí donde el tiempo gesta su magia y armoniza aromas y sabores en un solo todo. La mezcla final se realizó en agosto de 2016, donde se degustaron las barricas una a una y se seleccionaron para formar parte de Código 380.

La cosecha se realizó durante la primera mitad de Abril de 2014, siendo el Malbec la variedad más temprana. Cada variedad fue vinificada separadamente en tanques de acero inoxidable entre 25°-28°C de manera de respetar los aromas frutales y posteriormente el vino permaneció en contacto con las pieles entre 15 y 20 días. La guarda de 24 meses se produjo para cada variedad por separado, en barricas de roble francés , donde además se lleva a cabo la fermentación maloláctica, para lograr la máxima armonía de cada componente de la mezcla. Esta se realizó en Octubre de 2017, momento en el que se seleccionaron una a una las barricas que dieron origen a esta increíble versión de Código 380.

La cosecha se realizó durante la primera mitad de Abril de 2015. El Petite Sirah fue la primera variedad cosechada de esta tríada. Luego le siguió el Cabernet Sauvignon y finalmente el Cabernet Franc. Cada una fue vinificada separadamente en tanques de acero inoxidable entre 25°-28°C de manera de respetar los aromas frutales y posteriormente el vino permaneció en contacto con las pieles entre 15 y 20 días. La guarda de 24 meses se produjo para cada variedad por separado, en barricas de roble francés, donde además se lleva a cabo la fermentación maloláctica, para lograr la máxima armonía de cada componente de la mezcla. Esta se realizó en Octubre de 2019, momento en el que se seleccionaron una a una las barricas que dieron origen a esta maravillosa versión de Código 380.

La cosecha se realizó la última semana de Marzo de 2017. El Merlot fue la primera variedad cosechada de esta tríada en esta vendimia. Luego le siguió el Cabernet Franc y finalmente el Cabernet Sauvignon. Cada una fue vinificada separadamente en tanques de acero inoxidable entre 25°-28°C de manera de respetar los aromas frutales y posteriormente el vino permaneció en contacto con las pieles entre 15 y 20 días. La guarda de 24 meses se produjo para cada variedad por separado, en barricas de roble francés, donde además se lleva a cabo la fermentación maloláctica, donde se obtiene una gran armonía de cada componente de la mezcla, la cual se realizó en octubre de 2020, donde se seleccionaron una a una las barricas que dieron origen a esta elegante versión de Código 380.

La cosecha comenzó a finales de marzo de 2019 bajo el sol primaveral. El Malbec fue el primero, seguido por el Cabernet Franc, potente y elegante. Finalmente, el Cabernet Sauvignon completó el trío. Cada variedad se vinificó por separado, en tanques de acero inoxidable. Entre 25° y 28°C, las uvas se expresaron, liberando sus notas frutales. Durante 15 a 20 días, las pieles abrazaron al vino, creando una explosión de color y complejidad. Durante 24 meses estuvieron en barricas de roble francés, donde cada variedad se transformó, adquiriendo profundidad, elegancia y complejidad. La fermentación maloláctica armonizó cada componente, creando un complemento de sabores. En octubre de 2021, llegó el momento de seleccionar las barricas. Se degustaron buscando la combinación perfecta para dar vida a esta nueva versión de Código 380. Un blend que celebra las variedades, la tierra y el tiempo.

A finales de marzo de 2020, bajo el sol otoñal, comenzó la cosecha. Como es costumbre, el Malbec fue el primero en madurar. Le siguió el Cabernet Franc, potente y elegante. Finalmente, el Cabernet Sauvignon completó el trío. Cada variedad se vinificó por separado, en tanques de acero inoxidable. Entre 25° y 28°C, las uvas expresaron libremente sus notas frutales. Durante 15 a 20 días, el vino estuvo en contacto con sus pieles, potenciando su color y complejidad. Luego llegó el momento de la maduración, donde reposaron por 24 meses en barricas de roble francés. Cada variedad se transformó, adquiriendo profundidad, elegancia y complejidad. La fermentación maloláctica armonizó cada componente, junto con sus sabores. En octubre de 2022, llegó el gran momento: la selección de las barricas. Una a una, se degustaron, buscando la combinación perfecta para dar vida a esta versión de Código 380. Una gran mezcla que celebra la riqueza de las variedades.

Una delicada mezcla de personalidad compleja, gran factura, buena estructura, elegancia y fresca acidez. Delicados aromas frutales y florales perfectamente integrados con el aporte de la crianza en barrica dan paso a una boca de intensos frutos rojos, ciruelas, taninos maduros y jugosos. Un vino de estilo moderno que expresa fielmente su terroir y hace gala de una personalidad que sólo se encuentra en vinos provenientes de parras añosas.

La cosecha 2012 de Código de Familia 380 nos entrega un vino superior en elegancia y complejidad. Sutiles aromas florales y frutales se integran con una delicada madera para dar paso a una boca de taninos redondos y maduros, rica en frutos rojos y ciruelas. De larga persistencia, se trata de un vino moderno que exhibe la personalidad que sólo se encuentra en vinos provenientes de parras añosas. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

La cosecha 2013 de Código 380 nos entrega un vino de perfecta armonía entre elegancia, frescura y complejidad. En nariz atraen aromas florales y frutales junto a matices de especias dulces que se integran muy bien con una boca de taninos redondos y maduros, rica en frutos rojos y ciruelas secas. De larga persistencia, es un vino que exhibe personalidad y una estructura compleja, propia de los grandes vinos de esta zona y del mundo. El sello de esta cosecha es su frescura, acidez equilibrada, aromas frutales, gran intensidad de color y larga permanencia en boca. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

La cosecha 2014 de Código 380 nos entrega como siempre, un vino de perfecta armonía entre elegancia, frescura y complejidad. En nariz llama la atención su intensidad frutal entrelazadas armónicamente con suaves notas de cacao y café que se integran muy bien con una boca de taninos pulidos y maduros. De larga persistencia, es un vino que exhibe personalidad atractiva y una estructura compleja, propia de los grandes vinos de esta zona y del mundo. El sello de esta cosecha es su frescura, suavidad, complejidad, gran intensidad de color y larga permanencia en boca. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

La cosecha 2015 de Código 380 nos entrega una vez más, un vino de perfecta armonía entre elegancia, frescura y complejidad. En nariz llama la atención su intensidad frutal entrelazadas armónicamente con suaves notas de cacao y café, que se integran muy bien con una boca de taninos pulidos y maduros, con un guiño a una estructura más poderosa y presente en esta versión de la mano del Petite Sirah. De larga persistencia, es un vino que exhibe una personalidad muy atractiva y compleja, propia de los grandes vinos de esta zona y del mundo. El sello de esta cosecha es su frescura, complejidad, gran estructura e intensidad de color y larga permanencia en boca. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

La cosecha 2017 de Código 380 se presenta como un vino elegante, balanceado, fresco y una gran complejidad. En nariz llama la atención su intensidad frutal entrelazadas armónicamente con suaves notas de cacao y café, que se integran muy bien con una boca de taninos suaves, dulces y maduros. De larga persistencia, es un vino que exhibe una personalidad muy atractiva y compleja, propia de los grandes vinos de esta zona y del mundo. El sello de esta cosecha es su madurez, complejidad, gran estructura e intensidad de color y larga permanencia en boca. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

Perfecta armonía de sofisticación, vitalidad y profundidad. La nariz presenta notas frutales jugosas, acompañadas de suaves toques de grafito, cacao y café. Estos sabores se combinan perfectamente en el paladar, donde los taninos aterciopelados ofrecen una textura suave. El final perdura, mostrando la complejidad del vino y las características de una cosecha verdaderamente grandiosa. Madurado a la perfección, Código 380 cuenta con estructura, intensidad y una profundidad de color cautivadora. Es una obra maestra lista para compartir hoy y con potencial para envejecer perfectamente durante una década o más.

Código 380 cosecha 2020 exhibe una armonía impecable de sofisticación, energía y profundidad. En nariz, un conjunto de notas frutales jugosas se entrelaza con delicados toques de grafito, cacao y café. Estos sabores se despliegan de manera perfecta en el paladar, donde los taninos firmes y refinados brindan una experiencia deliciosa. El final es prolongado, revelando la fascinante complejidad del vino y las cualidades excepcionales de una cosecha notable. Madurado a la perfección, Código 380 destaca por su estructura, intensidad y un color profundamente atractivo. Es un vino para ser disfrutado ahora y con la capacidad de envejecer de manera excelente durante una década o más.

La cosecha 2011 es sin duda una de las mejores de las últimas décadas en Chile, se caracterizó por bajos rendimientos y bajas temperaturas durante la estación de crecimiento, lo que determinó un largo período de maduración. En el antiguo viñedo de 1951, el rendimiento fue 7.000 kg/ha, es decir, un 23% menor al histórico. Esto se tradujo en una mayor concentración e intensidad frutal, gran color, sabores y aromas más intensos. Por su parte, las bajas temperaturas produjeron mostos con grados alcohólicos moderados y muy buena acidez que redundaron en vinos frescos y equilibrados.

La cosecha 2012 de Código de Familia 380 nos entrega un vino superior en elegancia y complejidad. Sutiles aromas florales y frutales se integran con una delicada madera para dar paso a una boca de taninos redondos y maduros, rica en frutos rojos y ciruelas. De larga persistencia, se trata de un vino moderno que exhibe la personalidad que sólo se encuentra en vinos provenientes de parras añosas. Un vino que invita hoy a una nueva copa, y que tiene el potencial para envejecer por al menos 10 años.

La temporada se presentó con temperaturas primaverales el año 2012, en promedio 2°C más bajas que las anteriores temporadas y algo de lluvias, junto a los meses de marzo y abril del año 2013, 1 °C inferior en promedio de temperaturas máximas, que moduló perfectamente la madurez, transformándola en una temporada extensa y excelente para la expresión de las características de las uvas, las que se transfirieron al vino dando el sello del año, reflejadas en una acidez equilibrada, más vibrante y aromas florales y frutales delicados.

La cosecha 2014 fue precedida de una primavera 2013 con heladas muy intensas en la zona vitivinícola de Chile central, lo que retrasó en primera instancia el crecimiento de las vides y determinó una disminución de alrededor de un 20% la producción a nivel nacional. Durante el verano, sucesivas olas de alta temperatura ambiente y la disminución de la producción, lograron compensar el efecto del frío primaveral, con lo que la cosecha comenzó para cada variedad en fechas históricas. La madurez se logró perfectamente, con excelente expresión, concentración y taninos pulidos y elegantes.

La cosecha 2015 fue precedida de una primavera 2014 fresca en la zona vitivinícola de Chile central, registrándose menos días con heladas que la cosecha precedente, lo que permitió una buena brotación de las vides. Durante el verano, se registraron fuertes olas de calor que, junto a una producción algo superior a lo normal, determinó una cosecha calificada como extensa para el Valle de Curicó. La madurez se logró perfectamente, con excelente expresión, concentración y taninos pulidos y elegantes.

La cosecha 2017 fue antecedida por una cálida primavera 2016 en la zona vitivinícola de Chile central, prácticamente sin heladas que la cosecha precedente, lo que permitió una buena y saludable brotación de las vides. Durante la temporada de madurez, se registraron históricas olas de calor junto a uno de los mayores incendios forestales de que se tenga memoria. Este escenario, en el marco de la “megasequía” que vive el país, determinó una cosecha de madurez adelantada y de bajos volúmenes para el Valle de Curicó. La madurez se logró perfectamente, pero con un adelanto de alrededor de 15 días con una excelente expresión, concentración y taninos maduros y elegantes.

A pesar de la megasequía que venía sufriendo el país, la cosecha 2019 fue precedida por una primavera 2018 fría en la zona vitivinícola de Chile central, sin heladas pero fresca, que incidió en el retraso en el desarrollo de las vides, en una primera etapa. Durante la temporada de madurez y gracias a las altas temperaturas de febrero (superando incluso los 40°C en algunas zonas), se generó una homogenización de los racimos y un estrés moderado de las viñas. La madurez se logró perfectamente, con una excelente expresión, concentración y taninos maduros y elegantes.

La primavera 2019 fue catalogada como cálida, por lo que la brotación y floración de las vides fue más temprana, aproximadamente dos semanas antes de lo habitual en la zona vitivinícola de Chile central. La temporada de madurez estuvo marcada por temperaturas medianas a altas, pero por sobre todas las cosas, por la pandemia mundial de Covid19 que empujó muchas decisiones técnicas e imprimió velocidad de cosecha y recepción ante la incertidumbre. La excelente combinación de factores climáticos previos permitió que la madurez se lograra perfectamente, con gran expresión y concentración.

MARIDAJE

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La elegancia y equilibrio de este vino lo hacen perfecto para platos de sabores delicados e intensos como boeuf bourguignon o un filet mignon, en tanto su estructura le permitirá acompañar y realzar los sabores de un cordero al horno o quesos maduros.

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